Todos, tenemos en un «arcón virtual», esos recuerdos que, aunque no quisiéramos guardar, forman parte de nuestra vida.
Siguen vivos ahí.
En ocasiones, no sabemos cómo, la tapa se abre y salen algunos de esos recuerdos, y nos invaden… y es difícil sacarlos de nuestra mente.
Caemos sin darnos cuenta en esa vivencia pasada, y nos enredamos en ella sin darnos cuenta, y nos comienza a llevar a esos lugares del pasado, donde habitan los momentos que no hubiésemos querido vivir, circunstancias que marcaron nuestra actitud ante la vida y las personas.
Esas vivencias nos conectan con partes de nuestra vida que guardamos en las sombras, las ubicamos en la parte mas oscura.
Allí, están las penas: el dolor, la soledad, la desazón, el desamparo, el abandono, la carencia de amor, los viejos olores, los sentimientos reprimidos, las lagrimas contenidas, la ira y la furia explotando en nuestro interior, la decepción sin aviso previo, el engaño, la incertidumbre, la desilusión, la sorpresa de la horrible realidad disfrazada… y nos inunda y es difícil volver al hoy como si nada.
Para nosotros, todo eso esta guardado bajo 7 llaves, muy olvidado.
Pero… Nuestro inconsciente traiciona… No olvida nada.
Revivir cosas dolorosas nos pasa a todos. Incluso con la misma emoción y sentimientos que cuando ocurrieron. Dentro de nuestra mente se manifiestan silenciosamente y aunque se vivan como ayer, hoy tampoco podemos hacer nada, solo padecer esos recuerdos imborrables donde estamos solos con nuestro arcón abierto luchando porque nada mas salga afuera…
Mientras, decidimos re-inventarnos, renacer, remontarnos al presente, como hicimos siempre que se abre la tapa… La procesión va por dentro, nadie imagina la llaga abierta, la herida sangrando… como sucedió tantas veces.
Y volvemos al hoy, conscientes de que cerramos el arcón pero, que de tan viejo, los herrajes oxidados a veces fallan… como siempre…
