EL PERDÓN, no es olvidar, porque nadie olvida.

EL PERDÓN, no es olvidar, porque nadie olvida. Ni agachar la cabeza y decir: “Ya paso y seguir siendo humillado”. O minimizar las cosas. NO.
PERDÓN, es renunciar al derecho de venganza que teníamos por lo que se nos hizo. Es renunciar a la Justicia Propia. Y entregarle a Dios ese derecho. No es minimizar, no es decir al ofensor “¡Ay, qué bueno eres!”. No.
Perdón es: Me dañaste, me lastimaste, cuando te comportaste así, no fuiste una buena persona… Pero, voluntariamente, renuncio a mi derecho de venganza y de restitución.
El Perdón es el Primer Milagro Sobrenatural que Dios nos regala para ver cómo lo manejamos. Después de este Milagro del Perdón Sobrenatural podrás calmar las tormentas, caminar donde otros se hunden, multiplicar y producir provisión donde no hay.
Perdonar, es despertar la Naturaleza de Dios en Ti.
«Es que no puedo».
Decídelo. Y veras que sí puedes. Hasta que no tomes la decisión de Perdonar, Dios no tiene nada que decir, ni nada sobrenatural que hacer contigo.
El Perdón, no es emocional, es Altamente divino. El Perdón es una señal de madurez espiritual y madurez psicológica. Mediante el Perdón, Soltamos las emociones de Ira, Miedo, Venganza y las ganas de “sacarte la piedra”.
POR QUÉ SIGUE DOLIENDO
A veces perdonamos y la herida sigue doliendo. No es porque no hemos perdonado, es porque la cicatrización de las heridas profundas, sanan de adentro hacia afuera. Y son más lentas que las superficiales. El Perdón está hecho, pero la cicatrización, se da poco a poco.
El Perdón, nunca perderá vigencia. Siempre será un arma divina que tenemos para ser sanados y hacernos poderosos.
SUCEDEN MUCHAS COSAS…
A nivel emocional, espiritual y aun físico. El Perdón te coloca por encima de la autoridad de tu ofensor.
“Bendecid a quienes os maldicen”. Cuando maldigo al que me maldice, me pongo en el mismo nivel espiritual que el y me hago esclavo de el. Pero cuando lo bendigo, me elevo sobre él. Nada me toca porque estoy arriba de mi ofensor.
El Perdón en un tipo de bendición, de “bien-decir”. Cuando perdonamos mostramos la fuerza de nuestro ser espiritual.
Cuando lo perdonas, lo derrotas para siempre.
DESATA A LAS PERSONAS
Cuando no perdono a alguien que me ha lastimado, a nivel espiritual, lo que sucede es que ato a esa persona a mi pie. Ahora camino con ella, voy a todos lados con ella, está atada a mí. Y si son muchos, los llevo a todos atados a mí mismo. Aunque nadie los ve, aunque nadie se de cuenta, camino con todos ellos. Llevo algunos atados a mis pies, otros a mis manos, otros a mi cuello.
Es una verdad universal. El PESO tienes que sacártelo de encima.
De lo contrario, te cansas, te agotas, te sientes pesado, no avanzas.
Tienes que desatar. Cuando desatas, la persona ya no te controla, ya no te maneja, ya no te manipula.
“Perdón significa: Soltar a alguien…renunciar a mi derecho de arrastrarlo por la vida”.
Las heridas no resueltas pueden tener una (raíz). O sea (una vida interior propia). Donde nadie ve. Aunque lo más grave de todo es que se deja de alcanzar la Gracia de Dios.
Cuando nos llenamos de resentimiento nos alejamos del piso de la gracia, nuestro fundamento. Nos autodescalificamos al perdernos Sus Gracias. Eso es literalmente una ‘desgracia’.
Los hombres y mujeres de Dios podemos hacer milagros y el Perdón es uno de ellos. Porque Perdonar es Milagroso. Cuando perdonamos genuinamente soltamos a esa persona que nos lastimó; no esperamos nada de ella, ni siquiera disculpas, nada. Sólo lo hacemos.
EL PERDÓN ALEJA DEL VINCULO TOXICO
Algo que ayuda a perdonar es que el que nos lastimó soltó su veneno sobre nosotros, su propia frustración, su propio dolor. Cuando no lo perdonamos, estamos reteniendo esa sustancia tóxica en nuestro sistema y terminamos intoxicados, envenenados.
Perdónalo, Suéltalo y aléjate.
Si te siguen maltratando, aléjate. Si es tu pareja, busca ayuda.
EL PERDÓN tiene una herencia: La Paz y la Serenidad de Dios.