Todo lo que te produce molestia, te está enseñando paciencia. Aquél que te abandona, te está enseñando a ser fuerte por ti mismo. Todo lo que te enoja, te está enseñando perdón y compasión. Todo lo que te resta poder, te está enseñando a tomarlo de vuelta. Todo lo que odias, te está enseñando amor incondicional. Todo aquello a lo que le temes, te está enseñando coraje, confianza y valentía. Todo lo que rechazas, te está enseñando aceptación. Todo lo que reprimes, te está enseñando comprensión. Y lo más importante de todo: todo lo que no puedes controlar, te está enseñando a soltar, a dejar ir…
