Mucho hemos hablado sobre la toxicidad de algunas personas de nuestro entorno, y de la sociedad en general y de cómo repeler estas cosas para que no nos invadan.
Pero muchas veces nos AUTOINTOXICAMOS sin darnos cuenta…
Ver televisión, aun peor noticieros, escuchar radio, emisoras de gente que habla de política, etc. Usar mucho el microondas. Y lo peor, estar conectados a un celular que no deja de estar próximo a nosotros (bolsillo, cartera, mesa del restaurant, la mesa de nuestra casa, el escritorio) Estar atentos a postergar lo que sea por atender ese teléfono que ahora te conecta a redes sociales, a todo el espacio internet y te autocautivas a ese aparato como si fuera una extensión de tu cuerpo que no puedes abandonar ni en ¡vacaciones!
A esto debemos sumarle los lugares que visitamos: visitar casas de personas que no son afín a nuestra frecuencia, es toxico.
No podemos elegir a nuestros compañeros de trabajo que tóxicos o no, comparten nuestra tarea…
Hay lugares que son visitados como atracciones que son tóxicos. Por ejemplo, algunos museos.
Si… ¡Museos!
Fueron creados con la intención de dejar a las generaciones futuras, las raíces de un pueblo, su historia.
Los museos de obras de arte, como la pintura o escultura por ejemplo, no son tóxicos, salvo los que muestren violencia, dolor o sufrimiento.
Hoy los museos no son solo muestras de cosas, objetos, encontrados en algún lugar, también se usa el microcine donde en 10 o 15 minutos podemos ver filmes donde se puede ver los acontecimientos filmados que tienen que ver con la muestra.
Personalmente, decidí concurrir a museos en otros paises donde, por ejemplo, vi como fue saqueado Egipto de su propia historia cuando fue colonizado: Estatuas, paredones, esculturas, alhajas, portones, momias egipcias, etc. fueron trasladadas desde Egipto hacia el museo britanico de Londres, hacia el Louvre en Paris e incluso en Roma.
Alli en esos lugares habia energias bajas.
Todo es energia, asi que desde la vasija hasta la escultura enorme podia sentir esa vibracion que emanaba.
Las momias, un tema aparte, transportadas con sus feretros y ataudes de su lugar de origen para ser observadas en un museo de un pais que no era el que habitaron… y no nos olvidemos del respeto a los muertos que exhibidos de esa forma no se logra.
Energia dolorosa, sufriente, con desarraigo y expuesta como trofeos.
Algo parecido y aun mas fuerte, fue conocer el museo del Holocausto (Washington D.C.). Imagine obviamente lo que iba a ver, pero no lo que iba a sentir…
A medida que pasaba por los diferentes sitios de la muestra, sentía en mí las energías que emanaban de las cosas expuestas. La energía era muy fuerte, pero era una energía que nacía desde el dolor y sufrimiento que cada objeto albergaba…
Ver me conmovía. Sentir me hería.
Cuando salí de ese museo, use todo lo que sé para limpiar de esa energía mi campo energético y no trasladarlo a ningún lado.
Lo primero que me vino a la cabeza fue, “¡Cuantas veces he visitado museos cargándome de energías densas inútilmente y por propia voluntad!”.
A los pocos días, fui a la “Zero Zone” (el lugar donde estuvieron las “Twin Tower”, Torres gemelas). El lugar es de introspección, contemplativo, silencioso y de respeto. También allí hay un museo… Decidí no entrar. Para protegerme. Considere que ya había visto mucho el día del atentado y los demás días y años siguientes, y que entrar allí iba a ser igual o peor a lo que viví en el museo del Holocausto. Otra vez, energías densas con base en el dolor y el sufrimiento.
Esta decisión no pasa por no querer ver, o mirar para otro lado, o que no me interese, y mucho menos por el morbo que tiene.
Decido no autointoxicarme como autoprotección.
Así de simple. Tampoco tiene que ver con la tolerancia a ver dolor. No. Es que yo me cuido, me protejo de no llevarme encima esa energía pegada.
Son decisiones personales. Cada uno es dueño de protegerse o no. Personalmente considero que nuestra sociedad, el sistema, ya está bastante perturbador como para sumarle más.
Puedes estar de acuerdo o no con este relato y es aceptable por supuesto.
No es la intención que dejen de ir a museos, en absoluto, sino que sepan elegir cual visitar y ser conscientes de liberarse de las energías que se nos peguen.
Nunca antes escuche a nadie hablar sobre el tema, como si nadie reparara en esto: Las bajas energias de los museos.
Sentires, by Elsiè
Elsiè Saulino para “Escuela de Reiki Elsiè Saulino”
